El cubano más romántico vuelve a La Maraka para hacernos cantar, llorar y brindar con mezcal en mano
Una cita con la nostalgia (y el corazón roto)
Prepárate para el reencuentro más sabroso y sentimental del año, porque Francisco Céspedes vuelve a Ciudad de México este 7 de junio con una cita íntima en La Maraka, ese templo de la música donde las emociones fluyen sin filtro y las letras se sienten más cerquita del alma.
Después de haber llenado hasta las cortinas en su última presentación en febrero, el trovador cubano regresa con su voz rasposa y su romanticismo a flor de piel para recordarnos que el bolero, el jazz y la trova no solo siguen vivos, sino que se escuchan mejor entre copas y con el corazón al filo.
"Vida Loca", pero con clase
Sí, Céspedes nos ha dado himnos para el despecho elegante: “Te pido perdón”, “Dónde está la vida”, y, por supuesto, esa joya atemporal llamada “Vida loca”, que nos ha acompañado en momentos de amor intenso y también en esas madrugadas donde uno se pregunta por qué volvió a escribirle al ex.
Lo de Céspedes no es solo cantar bonito. Es contar historias que duelen rico, que calan hondo, que te hacen apretar la copa de vino con más fuerza y mirar al vacío con actitud reflexiva. El tipo tiene ese poder de hacerte sentir que cada canción fue escrita para ti... y tu drama de 2015.
Además, La Maraka es el escenario perfecto para este tipo de shows: cercano, cálido, y con esa vibra bohemia que te hace sentir que estás en un bar de La Habana platicando con tus emociones.
Los precios para esta velada emocional van desde los $700 en vista parcial hasta los $2,500 para quienes quieren estar en primera fila, llorar a gusto y hasta sentir el aliento de Céspedes entre canción y canción.
Así que ya lo sabes: si traes el corazón apachurrado, o simplemente quieres una noche de canciones que te apapachan el alma, Francisco Céspedes en La Maraka es tu plan perfecto. No importa si vas con pareja, con amigos o en modo “yo me lo merezco”, la garantía es que vas a salir con el pecho expandido y con ganas de mandar ese mensaje que tenías guardado en borradores.
Porque hay conciertos que se bailan, otros que se gritan, pero este... este se siente.