Prepárate para una noche de solos imposibles, metal con alma barroca y puro fuego sueco
Una descarga eléctrica de virtuosismo
Si alguna vez te has preguntado cómo sonaría Bach si hubiera nacido con una guitarra eléctrica colgada al cuello y una cabellera de león ochentero, la respuesta es simple: Yngwie Malmsteen. El mismísimo emperador del metal neoclásico aterriza en la Ciudad de México para dejar el Pabellón Oeste echando humo el próximo 28 de junio, y no exageramos: su guitarra literalmente parece un lanzallamas.
Con más de cuatro décadas de carrera y una discografía que no cabe en una sola playlist, Yngwie no viene a pasar lista, viene a hacer historia. Este concierto es parte de la gira que celebra 40 años de riffs endemoniados, escalas imposibles y un ego tan grande como su talento. Y seamos honestos: nadie toca como Malmsteen. Nadie.
Un show para amantes del shred y el drama barroco
Yngwie no es solo un guitarrista rápido. Es un artista con alma de compositor clásico, que mete a Paganini y a Beethoven en una licuadora con Marshall a todo volumen. Su estilo ha influenciado a generaciones enteras de músicos que sueñan con alcanzar la velocidad de la luz en un solo de guitarra. Pero verlo en vivo es otra cosa: es una experiencia entre teatral, brutal y elegantemente ruidosa.
No importa si lo descubriste en su época con Alcatrazz, si te voló la cabeza con Rising Force, o si apenas lo topaste en un video de YouTube con fuego saliendo de sus dedos. Este concierto es para ti. Porque ver a Yngwie Malmsteen sobre un escenario no es solo asistir a un recital; es presenciar a un titán del rock dando una clase magistral de cómo se hace, se toca y se vive la música a lo grande.
¿Vale la pena? Absolutamente
Hay conciertos que se disfrutan, otros que se celebran… y unos cuantos que se recuerdan toda la vida. El de Malmsteen promete entrar en esa última categoría. Porque no todos los días se aparece en la ciudad un guitarrista que puede tocar una fuga en modo menor mientras hace malabares con su Stratocaster. Y sí, lo hace. Lo ha hecho. Lo seguirá haciendo.
Así que si amas el rock virtuoso, si te laten los solos épicos o simplemente quieres ver a un músico que hace lo que pocos se atreven, este es tu plan para cerrar junio con un power chord en el alma. Llega temprano, ve con oídos listos y no parpadees mucho… podrías perderte un arpegio a la velocidad del rayo.
Nos vemos en el Pabellón Oeste. Yngwie trae la pólvora. Tú solo preocúpate por no quedarte sordo (de la emoción).